Falta de Aprehensión

Anoche, tu madre decidió acompañarte a dormir. Como eres un cobarde, aún no soportas la grisácea soledad y el desvergonzado abandono. Antes de cubrirte con las cobijas con carros y superhéroes, sueles prender una pequeña lámpara y regodearte con la calidez y la confianza que de ella emana... Tienes cuatro años y aún temes al mundo... Ella (tu madre) ya es vieja y gorda y su brazo -que mide tu cuerpo y abarca toda alternativa de latido- cae sobre tus ojos y no te permite observar la negrura del techo. Pesa. Aún así, eres pequeño e indefenso y la necesitas. Ella gira sobre su eje, altera la gravedad por efectos de masa, y sientes el calor de sus senos oprimiendo tus narinas y su exceso de mierda e intestino apretando tu estómago. Comienza a faltarte el aire. No poder respirar adecuadamente te obliga al sueño y te lanza hacia el descanso. Ahora, por la mañana, la pequeña lámpara ya no alumbra como anoche; ahora, la pesadez de tu madre se ha vuelto insignificante; ahora, ya no necesitas a nadie ni a nada... Anoche, tu madre te mostró su asfixiante y sofocante cariño.

[...olvidos...]

No puedo evitar olvidar
que te he olvidado...

Porque el olvido de tu recuerdo
significa el olvido del mío,
de mi esencia y
de la efervescencia de mis alegrías
glorias
y vivencias...

No puedo evitar olvidar
que te he olvidado...

Porque el olvido
jamás termina de construirse,
porque olvidar representa
una carta de presentación
nunca impresa,
una que se encuentra
repleta de [...]
olvidos...

No puedo evitar olvidar
que te he olvidado...

Porque sé que
[de alguna manera]
tú lo has logrado...

Enfermo

Te sonaste durante
todo
el día.

Una
tras
otra
vez.

Parecía que
jamás terminaría
de aparecer
algo de moco
en la punta de
tu
nariz.

Después,
lloraste...

Durante toda la mañana...

Lloraste...

En la noche,
decidiste arrancarla
(tu nariz)
de tu rostro...

No fue suficiente.

Ahora, te moqueas
y ya nada lo detiene.

Tampoco puedes sonarte....

Ahora, no sólo estás enfermo,
sino además jodido.

Vivir

No tienes
El criterio
Suficiente
Para aceptar
El regalo
De la vida.

Mejor regrésalo
A Palacio de Hierro
Y cómprate
Un lindo suéter.