Tiemblan tus piernas y se agitan tus pómulos cuando la niebla peruana, tiritando, se asoma por el balcón... Anochece. Ya pasan pocos carros y los tres, cuatro, o tal vez cinco que desfilan, cortan las ligeras gotitas de agua que mojan tu camisa y humedecen tus senos. Pides un cigarro y lo enciendes celosa y vertiginosamente. Comienza a llover y decides entrar al cuarto. No terminaste de fumar. Lanzas un par de insultos al aire y entras a la casa culpando al gobierno por el mal clima… Definitivamente han comenzado las fiesta patrias...
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ResponderEliminarComo peruana celebro el texto y no levanto la bandera.
ResponderEliminarme gusto que al fin no tuvieras q poner tus detalles gotescos de siempre, es interesante, y si me llegó a picar y gustar (una vez más, sin necesidad de tus detallitos). ;)
ResponderEliminarorozco: Por si me quieres olvidar, mejor me quedo soñando que era un rey de francia.
ResponderEliminarMe encantó. Sin embargo estás muy metido en tu estilo y escribes poemas que no deberían llevar senos, pelotas, etc; pero que aun así los metes.
ResponderEliminarSeguiré leyendo con gusto tus poemas. Gracias por compartirlos.